Un proceso de coaching es, en el sentido más amplio de la palabra, una metodología que tiene como finalidad ayudar a alguien a utilizar al máximo sus propias habilidades, a través de una actitud de acompañamiento que persigue facilitar el descubrimiento y la superación de sus limitaciones para que pueda alcanzar su máximo nivel, siendo aplicable a infinidad de áreas.
Hoy quiero hablaros de 3 herramientas básicas de uso muy frecuente en los procesos de coaching, alguna de las cuales son aplicables al autocoaching.
Históricamente, el coaching está enfocado a la consecución de mejoras respecto a un comportamiento o conducta específicos con el fin de mejorar el rendimiento. Para ello, el coach procura promover el desarrollo de la competencia conductual del coachee (o cliente), a través de una metodología basada en preguntas socráticas que invitan a la reflexión, la comprensión y la búsqueda, descubrimiento y afianzamiento de alternativas.
Este tipo de coaching, centrado en el nivel de conducta, proviene del modelo del entrenador deportivo, que promueve la toma de conciencia sobre los recursos y capacidades e impulsa el desarrollo de una competencia consciente. El coaching a este nivel se define como Coaching con “c”(ver Timothy Gallwey y John Withmore).
Sin embargo, el Coaching personal, el Coaching ejecutivo y el Coaching de vida (Life Coaching) se mueven en otros niveles, donde se revisan no sólo las conductas, sino las aptitudes, las creencias, los valores e, incluso, la identidad, y promueven cambios más holísticos, profundos y sistémicos. Es el llamado Coaching con “C” y es en este tipo de procesos en los que te invito a que nos centremos.
HERRAMIENTAS DE COACHING
1. Pirámide de los Niveles Neurológicos:
Una de las herramientas más conocidas en este ámbito es la “Pirámide de los Niveles Neurológicos”, diseñada a mediados de la década de los 80’s por Robert Dilts, fundador de la NLP University de California. Tomando como referencia los estudios que su mentor, Gregory Bateson, había realizado previamente en el campo de la cibernética aplicada, Dilts conceptualizó una jerarquía de niveles que ayuda a comprender en profundidad cómo se producen los cambios y los aprendizajes en el ser humano. Gracias a la colaboración que posteriormente estableció con John Grinder y Richard Bandler, padres de la Programación Neurolingüística (PNL), Dilts pudo popularizar esta labor y hacer de la Pirámide de Niveles una de las estructuras más interesantes empleadas en la actualidad por coaches y practitioners de PNL para favorecer procesos de cambio en sí mismos y en sus clientes.
Como herramienta de coaching, la conocida como “Pirámide de Dilts” es un elemento recurrente y eficaz que ayuda al coachee a descubrir las incongruencias entre cada uno de los estadios que propone; por ejemplo, ayuda a hacer conscientes incoherencias entre los valores y las conductas, entre las creencias y los valores, entre la identidad y el propósito, con el fin de promover un alineamiento consciente que impulse un cambio que permita al coachee moverse desde el “flujo”.
Es una herramienta muy potente que precisa inevitablemente del acompañamiento de un coach que guíe el proceso y sepa ayudar al cliente a bucear en su interior para hacer conscientes los “quiebres” y alinear cada uno de los niveles. Sin la ayuda de un coach es más que probable que el coachee siga atrapado en su parte consciente (también llamada la parte visible del iceberg), sin que sea capaz de “ver el agua”, como le sucede al pez.
En mi opinión, dependiendo del tipo de proceso de coaching y del objetivo a alcanzar, es posible que no sea necesario prestar demasiada atención al último estadio, que Dilts definió como el de la “espiritualidad”, para lograr alcanzar un resultado operativo.
2. La Rueda de la Vida:
Aunque siempre es absolutamente recomendable la intervención de un coach profesional en cualquier proceso de crecimiento personal, una herramienta de coaching bastante práctica que sí permite la realización sin acompañamiento (auto-coaching) es la “Rueda de la Vida”. Desarrollada por Paul J. Meyer, fundador del SuccessMotivationInstitute, su sencillez no desmerece su efectividad.
Se trata de una sencilla técnica de autoanálisis que ayuda a visualizar las diferentes áreas que cada uno considera importantes en su vida, valorando de qué modo y a qué nivel cada una de ellas se está viendo satisfecha en el momento actual, lo que permite entender qué áreas deben ser reforzadas. Es muy práctica para visualizar el punto de partida, logrando poner el foco en aquello que resulta más importante y generando un plan de acción que nos conduzca a la consecución de un mayor equilibrio y bienestar vital.
¿Cómo funciona?
Su uso es muy básico. Se trata de dibujar un círculo y dividirlo en tantas áreas como consideremos importantes en nuestra vida. No existe un criterio único. Todo depende de lo que cada uno de nosotros considere “importante”, aunque las áreas de análisis más comunes son: familia, salud, pareja, amistad, trabajo, dinero, desarrollo y éxito personal.
Una vez definidas estas áreas y dispuestas equidistantemente alrededor del círculo, se traza una línea recta desde el centro a cada una de las áreas. A continuación, realizamos una valoración cuantitativa, del “0” al “10”, en función de nuestro grado de satisfacción. Cuanto más baja es la puntuación, menos satisfechos estamos. Si otorgamos una puntuación entre 10 y 8 podemos considerar esa área como satisfactoria; entre 7 y 5 no supone un gran quiebre, aunque es importante que iniciemos acciones de mejora. Áreas valoradas por debajo de 4 indican un quiebre que debe tenerse en cuenta inmediatamente, actuando con urgencia.
Al final, unimos los puntos (al estilo de una gráfica radial) que nos proporciona un dibujo muy esclarecedor de nuestro equilibrio vital, haciendo muy visual nuestras áreas de mayor insatisfacción que requieren un plan de acción hacia el cambio.
3. Ecología de Vida:
Como evolución de la Rueda de la Vida, el experto en Terapia Cognitivo-Social y socio-fundador del Institut Gestalt de Barcelona, Vicens Olivé, propone otro recurso mucho más desarrollado, que, a diferencia del anterior, pone el foco no sólo en la Situación Actual (SA), sino en la Situación Deseada (SD) por el coachee; es decir, no sólo da protagonismo al punto de partida, sino que ese análisis debe servir de brújula para ayudarlo a llegar a donde quiere llegar.
Tomado como referencia la definición que la PNL ofrece del término “Ecología” como “el equilibrio armónico entre los diversos elementos que forman un sistema”, Olivé desarrolló la “Ecología de Vida”, una herramienta más profunda que relaciona las áreas fundamentales con los valores personales y añade aspectos importantes de la PNL junto a una medida estadística de ponderación, con la que se pretende crear un instrumento de mayor precisión que aporte más información a los procesos de coaching.
De este modo, no se trata sólo de descubrir las áreas de quiebre y visualizar el estado de flujo (no se debe confundir este término con el “estado de flow”, promulgado por Mihály Csíkszentmihályi), sino que se trata también de descubrir si los objetivos que nos proponemos son “ecológicos” para nosotros; es decir, si realmente nos van a ayudar a mantener el equilibrio entre las áreas.
Te pongo un ejemplo:
Imagina que tu Desarrollo Profesional, disponer de una buena Economía y la Familia son áreas importantes en tu vida y que todas ellas están ligadas a valores personales importantes. Puede que ambiciones un rol directivo de alta remuneración y reconocimiento, pero para ello tengas que sacrificar el tiempo de calidad que pasas con tu familia. ¿Te resultaría ecológico?
¿Cómo creamos la herramienta?
El aprovechamiento de la herramienta de Ecología de Vida se completa en 3 fases:
1. Fase de diseño – elaboración, que es la más compleja, pues requiere de una gran reflexión personal para poder describir con precisión las áreas importantes de nuestras vidas y nuestras creencias y valores personales que van ligados a ellas, teniendo siempre en cuenta aplicar una visión holística. Podemos utilizar el modelo abierto, en el cual somos nosotros mismos los que determinamos estas áreas, o bien el modelo semicerrado, donde partimos de una propuesta de áreas que estadísticamente son las más nombradas.
2. Fase de evaluación – interpretación, en la que el coachee puntúa tanto su Estado Actual, como su Estado Deseado. Esta fase es crítica, puesto que es muy fácil caer en el autoengaño y en un nivel demasiado elevado de auto-exigencia. La auto-exigencia se hace evidente cuando el cliente, por ejemplo, puntúa 10 en los Estados Deseados, lo que resulta irreal.
3. Fase de realización, en la que, tras el análisis, se diseñan los objetivos y se lleva a cabo el Plan de Acción y sus correspondientes revisiones.
Tras la fase de diseño se consigue generar una plantilla o “Rejilla”, que sirve como base de trabajo y mapa de navegación del proceso.
Aunque esta herramienta puede ser usada en procesos de auto-coaching, se recomienda la intervención de un coach para que sea realmente efectiva, ya que este juega un papel primordial en el proceso de descubrimiento de los aspectos inconscientes que el coachee suele mantener escondidos y que resulta fundamental analizar para conseguir un cambio real y sostenible.
Sea como sea, si sientes que hay algo en tu vida que no está en su sitio o que merece ser revisado, cualquiera de estas herramientas te va a resultar altamente útil.
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